Hay cosas que cantan y un día u
otro salen a la luz, es el caso de Cataluña, y su aversión a reconocer que
Aragón, fue lo que fue, durante el
tiempo que duró el reino cuya titularidad siempre fue aragonesa, de la misma
forma, que todos sus reyes, es verdad que Cataluña era parte importante de ese
reino, un gran condado, nadie lo niega,
de la misma forma que Valencia era reino.
Y así ha sido la historia de
estas tres, hoy separadas comunidades, por aquello de la historia y los
acontecimientos que se fueron sucediendo hasta llegar a la actualidad.
Hay que preguntar a esos
catalanes que se han empeñado en borrar del reino todo lo que no sea Cataluña,
a quien creen que engañan, es posible que gentes con poco sentido común se lo
crean, pero que pasará cuando se percaten de la realidad.
Una comunidad no puede creerse el
centro del mundo, y sobre todo no debe ir “rampiñando” con todo lo que le rodea,
ahora colocan en su mapa a localidades
como Caspe, Mequinenza, Alcañiz o Alcorisa, por citar las más cercanas, y lo
hacen cada vez que tienen oportunidad, ahora es con el archivo de las
fotografías de los bombardeos que padeció la zona en la Guerra Civil, mañana
será con cualquier escusa.
En otras ocasiones ha sido la
franja de poniente, el Matarraña y el Cinca los terrenos afectados, lo peor no
es que lo hagan, lo malo es que alguien sea tan “bobo” de creerlo.
Recientemente se han inventado
una nueva historia “La Corona Catalana Aragonesa”, y la cuestión es que el mundo académico deja hacer,
y los políticos de Madrid parece que no va con ellos, y en Aragón falta
contundencia.
Y por si fuera poco, en Aragón,
nos inventamos lo de las lenguas, imagina el lector a Cataluña creando la
academia del castellano, por aquello de
las fronteras con Aragón, ¡no!, ¿verdad que no?.
Aragón que somos más “quijotes”
que para qué, siempre por aquello de la buena vecindad y respeto a los demás,
dejamos que mancillen nuestros derechos, en este caso nuestro pasado, y tenemos
que ver continuamente como se ningunea a esta sufrida comunidad, no solo en el ámbito de la historia, también cosas
más tangibles, más materiales, el agua del Ebro, que nadie dude que el día que
la quieran se la llevarán, o la venderán al mejor postor mientras aquí vemos
como pasa y no podemos hacer nada sin lesionar sus derechos, y nos quedaremos
impávidos, quejándonos, eso si, como nos quejamos por los bienes de la iglesia
que es como predicar ante un nutrido grupo de sordos, nunca los veremos en su
lugar, nunca los devolverán a sus propietarios, se los han adjudicado, como
tantas cosas, a sabiendas que desde aquí no se tiene, al menos en la
actualidad, el más mínimo poder ni prestigio para obligar a devolver lo que no
les pertenece.
Se han apropiado del archivo
histórico, de la bandera, ahora se anexionan de forma virtual territorios, y
seguimos perplejos viendo como nos ningunean, sin quejarnos mucho no sea que
ofendamos, y si lo hacemos de forma tan tibia que no sirve para nada.
Tenemos un gobierno aragonés de
extrema debilidad frente a Cataluña, bueno frente a todos, no pintamos nada, y
el gobierno de esta comunidad solo le interesa su parcelita, y aquello de
¡virgencita que me quede como estoy!, no sea que protestando molestemos al
poderoso “imperio catalán”.
Lo malo es que desde aquí y con
este gobierno de conveniencia, mientras vaya recibiendo migajas que sean
suficientes para la compra de voluntades y seguir en el sillón no se hará nada
de nada, mirar para otro lado, haciendo de esta comunidad “un cortijo”, en el
que se reparte el escaso botín entre amigos, mientras otros más “espabilados”
más temerarios, y más poderosos hacen su voluntad pasando de este Aragón débil
y debilitado por las acciones de gobierno débil y de poco o nada prestigio.