miércoles, 30 de junio de 2010

Y AHORA DICEN QUE SOMOS CATALUÑA


Hay cosas que cantan y un día u otro salen a la luz, es el caso de Cataluña, y su aversión a reconocer que Aragón,  fue lo que fue, durante el tiempo que duró el reino cuya titularidad siempre fue aragonesa, de la misma forma, que todos sus reyes, es verdad que Cataluña era parte importante de ese reino,  un gran condado, nadie lo niega, de la misma forma que Valencia era reino.
Y así ha sido la historia de estas tres, hoy separadas comunidades, por aquello de la historia y los acontecimientos que se fueron sucediendo hasta llegar a la actualidad.
Hay que preguntar a esos catalanes que se han empeñado en borrar del reino todo lo que no sea Cataluña, a quien creen que engañan, es posible que gentes con poco sentido común se lo crean, pero que pasará cuando se percaten de la realidad.
Una comunidad no puede creerse el centro del mundo, y sobre todo no debe ir “rampiñando” con todo lo que le rodea, ahora  colocan en su mapa a localidades como Caspe, Mequinenza, Alcañiz o Alcorisa, por citar las más cercanas, y lo hacen cada vez que tienen oportunidad, ahora es con el archivo de las fotografías de los bombardeos que padeció la zona en la Guerra Civil, mañana será con cualquier escusa.
En otras ocasiones ha sido la franja de poniente, el Matarraña y el Cinca los terrenos afectados, lo peor no es que lo hagan, lo malo es que alguien sea tan “bobo” de creerlo.
Recientemente se han inventado una nueva historia “La Corona Catalana Aragonesa”, y la  cuestión es que el mundo académico deja hacer, y los políticos de Madrid parece que no va con ellos, y en Aragón falta contundencia.
Y por si fuera poco, en Aragón, nos inventamos lo de las lenguas, imagina el lector a Cataluña creando la academia del castellano,  por aquello de las fronteras con Aragón, ¡no!, ¿verdad que no?.
Aragón que somos más “quijotes” que para qué, siempre por aquello de la buena vecindad y respeto a los demás, dejamos que mancillen nuestros derechos, en este caso nuestro pasado, y tenemos que ver continuamente como se ningunea a esta sufrida comunidad,  no solo en el ámbito de la historia, también cosas más tangibles, más materiales, el agua del Ebro, que nadie dude que el día que la quieran se la llevarán, o la venderán al mejor postor mientras aquí vemos como pasa y no podemos hacer nada sin lesionar sus derechos, y nos quedaremos impávidos, quejándonos, eso si, como nos quejamos por los bienes de la iglesia que es como predicar ante un nutrido grupo de sordos, nunca los veremos en su lugar, nunca los devolverán a sus propietarios, se los han adjudicado, como tantas cosas, a sabiendas que desde aquí no se tiene, al menos en la actualidad, el más mínimo poder ni prestigio para obligar a devolver lo que no les pertenece.
Se han apropiado del archivo histórico, de la bandera, ahora se anexionan de forma virtual territorios, y seguimos perplejos viendo como nos ningunean, sin quejarnos mucho no sea que ofendamos, y si lo hacemos de forma tan tibia que no sirve para nada.
Tenemos un gobierno aragonés de extrema debilidad frente a Cataluña, bueno frente a todos, no pintamos nada, y el gobierno de esta comunidad solo le interesa su parcelita, y aquello de ¡virgencita que me quede como estoy!, no sea que protestando molestemos al poderoso “imperio catalán”.
Lo malo es que desde aquí y con este gobierno de conveniencia, mientras vaya recibiendo migajas que sean suficientes para la compra de voluntades y seguir en el sillón no se hará nada de nada, mirar para otro lado, haciendo de esta comunidad “un cortijo”, en el que se reparte el escaso botín entre amigos, mientras otros más “espabilados” más temerarios, y más poderosos hacen su voluntad pasando de este Aragón débil y debilitado por las acciones de gobierno débil y de poco o nada prestigio.