viernes, 21 de enero de 2011

CAOS URBANÍSTICO


Las obras más extrañas se están realizando en Caspe. Basta darse una vuelta por la geografía urbana para darse cuenta que la estética y el buen gusto están ausentes de esta ciudad. Un paseo desde la plaza Compromiso hasta la plaza Aragón es suficiente para darse cuenta que la estética urbana está sujeta al desorden y capricho de quien diseña o decide los materiales  y mejoras a realizar.
            No menos de cinco pavimentos diferentes, esquinas destrozaruedas, zonas peatonales que nadie pide, estrechamiento de las vías de circulación, desaparición de aparcamientos. Esto pone nerviosos a los ciudadanos e histéricos a los comerciantes que ven como cada día pierden clientes, se puede percibir que los peatones no aumentan y la gente deja de circular por el centro urbano que, de esta forma, está condenado a la marginación y despoblación.
            Obras que se eternizan, soluciones que no gustan a nadie, caos circulatorio, y como muestra si alguien con automóvil le pregunta a un viandante en la plaza de España por donde se va a la institución comarcal,  hagan memoria y piense el lector por donde enviaría al que le pide información hasta la dirección solicitada.
            Hasta para los que conocen las calles hay días que resulta caótico circular, y cuando se realizan obras de larga duración no se tiene previsto un plan alternativo para facilitar la fluidez.
            Está claro que no hay previsión y que la opinión del ciudadano cuenta poco o nada, se hace por decreto, y mientras esto sucede el centro sigue despoblándose, los comercios de esta zona están sufriendo pérdidas que obliga en algunos casos hasta el cierre de negocios, o en el mejor de los casos, si existe posibilidad, a trasladarse a zonas menos complicadas.
            Ante esta situación se hace necesario un plan general, en el que participen también los ciudadanos y los empresarios. De no ser así, estamos abocados a tener un casco histórico y central abandonado, por muchos ARI que se hagan.