viernes, 24 de septiembre de 2010

APUNTES SOBRE EL PLENO ORDINARIO DE SEPTIEMBRE


Han tenido que pasar un par de días antes de decir algo sobre el último pleno celebrado en el Ayuntamiento de Caspe, y casi valdría más no decir nada, no sea que lo lea alguien de otros lugares.


¡Vaya espectáculo! El gobierno de Caspe, si se le puede llamar así, PSOE-CPC, está compuesto por cinco concejales de cada uno de estos grupos, que parece lo han olvidado. Decíamos, el gobierno sigue dando la imagen de enfrentamiento y desgobierno, y para ello basta el ejemplo de la alcaldesa dirigiéndose al supuestamente concejal de urbanismo, diciéndole que para que se mete a dar órdenes donde no le llaman. El concejal le contesta que ya no sabe cual es su misión en ese hipotético gobierno. Los unos y los otros actuando como si fueran gobierno y oposición.

Y en esto llega el del PAR, y al más puro estilo de Javier Sagarra de hace diez años, se enfrasca con la alcaldesa en una estéril discusión sobre si en 1999 era concejal de urbanismo o no. Con tono subido exige una rectificación y le dice a la alcaldesa que está mintiendo como hace con frecuencia. Aquí todos nos acordamos de aquellos interminables plenos de los años noventa en los que el concejal Sagarra y el alcalde Mariano Gómez se enfrascaban en bizantinas discusiones sobre temas de poco o escaso interés, pero que conseguían hacer poco menos que temas de estado.

Han cambiado los actores, no las formas.

Sigue siendo difícil para el ciudadano comprender esta situación de enfrentamiento y desacuerdos entre quienes se supone gobiernan juntos, merced a unos oscuros pactos en 2008, en los cuales el PSOE se apresuró a admitir la renuncia del PAR y a continuación pactó con el CPC, justificando que era lo mejor, ¿lo mejor para quien?.

Aderezados los acuerdos municipales con la “extraña” moción en la comarca, en la que diez consejeros “tragan” y ensalzan a Javier Sagarra como presidente, dejando al PAR y al “sorprendido” Carlos Alastuey sin el caramelo. Caramelo conseguido en los pactos municipales en los que el PAR encumbró, una vez más, a Teresa Francín, que perdiendo las elecciones, consiguió de nuevo la alcaldía.

Y ahora vienen con que es insoportable, no se puede aguantar, así no vamos a ninguna parte, y las respectivas aficiones, especialmente la del PSOE, haciendo muecas y aspavientos. Eso, amigos, había que manifestarlo cuando se plantearon los pactos en la primavera de 2008. Ahora hay que tragar y aguantar: entonces les pareció bien, a unos por asentimiento y a los otros por omisión, entonces no se oyó ninguna manifestación en contra.

A lo que vamos, pleno tras pleno, estamos asistiendo a un espectáculo que lo mejor es que no trascienda, que no se entere nadie, que los caspolinos ya estamos acostumbrados, pero la gente de otros lugares no.

Se cometen, presuntamente irregularidades, léase 107 empadronados en la misma vivienda sin pedirles documentación; se cambian infracciones urbanísticas de graves a leves, por no se sabe que, pero si a quien; se instruyen mal los expedientes y ello lleva a perder en los tribunales; de golpe se paralizan otros expedientes sancionadores, pero a los que ya han pagado no se les da solución; otros temas van a los tribunales, La Herradura. La policía circula en un vehículo que no ofrece la más mínima seguridad; los policías se van nada más acabar su formación y siempre estamos en precario; las obras se eternizan; se contrata digitalmente sin la más mínima opción para otros. Seguimos con unas cuentas ficticias, ……….

Y sigue la absurda gestión entre dos socios que se dan la espalda y puñaladas a la mínima ocasión.